El embarazo es una etapa maravillosa, llena de transformaciones, expectativas y un profundo amor. Es un proceso que, a menudo, se centra en la madre, quien lleva en su vientre la nueva vida que ambos han creado. Ella es el símbolo viviente de esta nueva etapa, su cuerpo cambiando de manera mágica y perfecta mientras se prepara para la llegada del bebé.
Sin embargo, detrás de esta experiencia extraordinaria, hay una figura igualmente crucial: el padre. Aunque no experimente los mismos cambios físicos, su rol es fundamental. Él sembró la semilla de esta nueva vida y, desde ese momento, comenzó su propio viaje emocional. A menudo, los miedos y preocupaciones que ellos enfrentan quedan en segundo plano: la responsabilidad de proveer, el deseo de cuidar, y la incertidumbre de cómo cambiará todo. En un mundo que espera que los padres sean siempre fuertes, perfectos y con todo bajo control, se deja de lado su vulnerabilidad, sus miedos, y la carga emocional que también llevan.
Es por eso que quiero invitarte a reflexionar sobre la importancia del padre en este viaje. Sin su apoyo, su amor y su fortaleza, esta nueva vida no sería posible. Es el pilar silencioso que, aunque a veces no se note, sostiene la base sobre la cual se construye una familia. Es vital que tomemos un momento para agradecer su presencia, reconocer su esfuerzo y ofrecerle el mismo apoyo que ellos nos brindan a diario.
Y ahora, te invito a hacer un pequeño ejercicio amoroso que fortalecerá aún más este vínculo tan especial:
Escríbele un mensaje a tu esposo dándole gracias por su amor, por su respeto, y sobre todo por darte la oportunidad de ser madre. Dile que todo está bien, que tú también estás aquí para él y para ustedes, y cierra el mensaje con un beso.
Bendiciones....Ana María Coronado.